Eider Sanz Martiarena

Eider Sanz Martiarena

(Gipuzkoa 1986)

 

Comienza mi trayectoria en el teatro en el año 2006 en la Escuela de las Artes Escénicas (TAE) en Vitoria/Gasteiz.

Desde entonces he seguido formándome, investigando, trabajando y evolucionando.

Me diplomo en la escuela Cuarta Pared (Madrid) donde adquiero herramientas y nuevos conocimientos en las áreas de dramaturgia, dirección y expresión corporal.

Actualmente recibo clases de especialización didáctica en expresión corporal impartidas por la pionera Marta Shinca.

 

Como actriz compagino trabajos en proyectos teatrales con Cuartados Teatro y elaborando como creadora independiente diversas propuestas en el ámbito de la performance, trabajando el cuerpo como objeto de estudio de las investigaciones de las mismas.

 

Queriendo  recobrar la noción de una especie de lenguaje único entre el gesto y el pensamiento trabajo investigando sobre nuevos signos y lenguajes escénicos, vinculándolos a una problematica concreta y actual. Huyendo del naturalismo e intentando crear códigos de carácter expresionista.

Por un teatro comprometido, arriesgado y expresivo.

 

La danza contemporánea influye al nuevo teatro y a las nuevas dramaturgias escénicas. En mis trabajos combino la coreografía con la performance, donde prima el lenguaje corporal, pues lo considero una de las formas básicas para la comunicación.

Sustituimos el cuerpo que actúa para crear imágenes, por un cuerpo discursivo.

 

Considero que el movimiento es pensamiento, emoción, acción y expresión. Esta presente en todas las artes y en todo aquello que forma el mundo externo e interno de las personas, por eso concibo el movimiento como un arte.

La danza como metáfora del pensamiento.

 

La experimentación juega un importante papel en los procesos creativos en los que participo, donde investigo sobre nuevas posibilidades de interacción con el público para hacer de la obra una continua transformación donde confrontan los sentimientos activando la capacidad reflexiva.

 

Es por todo esto, que los nombrados a continuación sirven como referentes en mi camino: Antonin Artaud, Eugenio Barba, Pina Bausch, Peter Brook, Rodrigo García, Meyerhold, Grotowski, Heiner Müller...

 

Sin esperanza he rozado el abismo, y gracias a la ilusión he llegado a tocar el cielo. 

Danzad, danzad, danzad. De lo contrario estamos perdidos.